El Instituto de Cultura de Corrientes invita a la inauguración de la muestra “La emergencia de la luz”, del artista Carlos Ramos, que se realizará este miércoles 28 de febrero, a las 20, en la sala “Justo Díaz de Vivar” del Museo de Bellas Artes “Dr. Juan R. Vidal” (San Juan 634).
Podrá ser visitada hasta el 24 de marzo en los horarios del Museo: de lunes a viernes de 8 a 12, y de 17 a 20. Sábados, domingos y feriados de 8 a 12 y de 16 a 20. Como siempre, con entrada libre y gratuita.

Curadoría
La exposición cuenta con la curaduría de la Lic. Lucía Luisa Paz quien en el texto curatorial expresa:
Autodidacta por convicción, inicia su travesía en lo artístico explicando que: “desde chico dibujaba, hacía dibujitos sin ninguna preparación. Yo no tengo estudios artísticos…”, aunque su ejercicio en la fotografía lo niega.
Su búsqueda auspicia tenacidad en la sensación de lograr el relieve. La puja vibracional del color en la moldura que, trabajada en la curva y contracurva y aún en la más sólida línea recta, permite admirar el surgimiento de la luz desde la oquedad del fondo, generalmente en tonos renegridos aplicados de manera plana.
Influenciado por Mondrian y el Neoplasticismo europeo, Ramos muestra su paso por la plástica de la arquitectura, transmitiendo un toque regional desde su avance en lo concreto, aunque sin romper el marco ortogonal que le otorga un aire de tradición, el cual justamente, invita a la representación ilusionista.
Propuesta ambiciosa, sin embargo, expresada con sencillez y claridad, donde pone énfasis en lo contemporáneo explicando: “Porque la caja te recorta una parte de una pintura mucho más grande. El motivo que se repite en todos los costados. Ninguna es una figura única, todas; salvo una, todas las demás se continúan a los costados, pueden repetirse.”
Repetición que no es tal porque cada uno de sus cuadros están producidos de manera que uno sea el opuesto al otro, ya sea desde el color o la forma; para lograr masas armónicas y equilibradas
Su pensamiento, expresado en su labor, se percibe sofisticado, y lo proyecta desde su visión de fotógrafo llevando lo orgánico y realista a la abstracción. Según lo vea, cualquier forma, aun la simple tapa de gaseosa le sirve para crear sus mundos feéricos y allí, aparece lo genuino.
Su producción es un estudio composicional, análisis y nuevamente, ahondar un poco más.
Tratar la innovación en materiales también es su meta. El uso de acetatos, plásticos, lo que se llaman desechos, que podríamos decir materiales alternativos, todo lleva a una actitud de cuidado del planeta o, porque no, a una alquimia transmutadora de lo cotidiano a lo inusitado.
La percepción del color se organiza a través de taraceas o encajes, ya sean varillas o superficies que rompen la monotonía del fondo opaco, hermético.
Así, Ramos nos introduce en zonas pigmentadas que semejan estar suspendidas en el vacío, estimulando con sagacidad a sumergirnos en atmósferas centelleantes.